aunque nos juremos distintos... todos tenemos algo de iguales.

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Oportunidad v/s prueba, Round 2

Pues bien, en una esquina tenemos a la oportunidad, pesando unos decentes "esfuerzos, desafíos y acciones" y en la otra tenemos a la prueba, pesando casi el doble que la oportunidad, pero no más desafiante.

Ambas se igualan en dificultad; las apuestas están sobre la mesa y ni las probabilidades apuntan a que una gane por sobre la otra. El anonadado público no sabe por quién apostar o si debe dejar las apuestas guardadas para otro deporte. Si bien hay varios corredores de apuestas dando sus opiniones y tratando de persuadir al público temeroso de emprender una decisión particular hacia su apuesta, no han logrado todavía generar determinación en las cajas de apuestas. La ganancia en ambas apuestas es grande; en la oportunidad se gana un pasado y en la prueba se gana experiencia y fortaleza. El público no sabe muy bien por quién apostar.

Se acerca el juez del evento (el reloj) y avisa la pronta partida. El embellecido y titubeante público lanza una moneda y decide optar por la oportunidad, pero entendiendo que la prueba es fuerte y grande. Es así como se acerca a la mesa de apuestas y entrega un poco de todo lo que tiene. ¿Quién ganará?

Pues bien, los hechos son los siguientes. El público se muestra enérgico, radiante y embellecido en la batalla y se da cuenta de que aparecen dos bandas en las gradas con quienes el pacífico público debe interaccionar ante la batalla; "las roneras" y "las menguadas". Las roneras alientan la batalla; se acercan al ring y vociferan aliento de forma de que todos en el recinto notan su presencia. Además, cercan al ring y no dejan que nadie más se le acerque, manteniendo la primera y segunda fila ocupadas y tomando de los brazos al pobre ring en plena batalla. Las menguadas, en cambio, se comportan de forma más pacífica y desapersivida, pero están rodeadas de guarda espaldas - quienes a mi opinión no tenían mucho valor que defender - y se mantienen tranquilas... hasta que vislumbran al público, a quien sonríen nerviosamente.

Luego comienza a aparecer la prensa, quienes están ahí meramente por quienes se encuentran en el ring. Pero denotan la presencia del público y lo entrevistan fervientemente, realizando notas biográficas del mismo e incluso invitándolo a bailar al ritmo de la música del lugar. El público lo estaba pasando de lo lindo, sin denotar la mirada curiosa de los batallantes, y se dió cuenta que hace mucho que no hablaba con aquella prensa... o con alguna en particular.

Así el público decidió que esa batalla no valía la pena, quel el ring estaba usado y sin gracia que lo atrayese, que los jugadores deberían incentivar al público a mirarlos y no quedarse el público admirandolos como si fueran algo que nunca podría llegar a ser.



Así que el público canceló su apuesta, optó por marcharse a otro recinto y crear un propio espectáculo musical en otras tierras de este mundo.

Y el público vivió feliz (¿para siempre?).

Saludos,
Karlita (o debo decir... ¿el público?)

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1 comentarios:

Lady Alex dijo...

y q pasó con los luchadores?
la pelea debía continuar incluso sin publico

besos niña!

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