aunque nos juremos distintos... todos tenemos algo de iguales.

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Fiebre de una noche de consumo

Perdon.. dejé esto un poco botado. La semana me tuvo la cabeza ocupada en otras cosas.



En fin... el viernes fue un día de caos. Me tomó cerca de dos horas llegar a casa (gracias lluvia, me encantas, pero a la cleta no) y el viento helado no hizo más agradable aquella travesía. Justo cuando llego a casa, me ocurre un pequeño accidente doméstico.. perdí uno de mis lentes de contacto. ¡Excelente! ¬¬ Así que me dispuse a comprar una caja nueva.



Camino a la óptica (o mejor dicho, mall que contiene a la óptica) me encuentro con otro embotellamiento (y eso que eran las 20:00hrs, o sea, ya nadie estaba en su oficina); autos parados en las avenidas que alimentaban a dicho mall, una fila interminable para entrar al estacionamiento y la furia de bocinazos de los conductores si uno pedía el paso a otra pista (todo esto registrado con un solo ojo, recuerden que perdí el lente). Todavía sin saber bien que ocurría - había estado en el pasado por este mismo lugar y nunca me había encontrado con tan caótico escenario - mis ojos se fijan en un enorme cartel mostrando a una modelo con miles de bolsas en sus manos, una cara de satisfacción insinuando el orgasmo de un cerdo y la frase "Venta Nocturna" sobre su cabeza. ¡RAYOS! Me voy fijando mejor en el "edificio" de estacionamientos (porque plaza de estacionamientos ya no existen) y veo puras lucecitas rojas, que indican que todos los espacios estaban ocupados.



¿Tanto furor sólo porque el mall está abierto hasta más tarde? ¿Tantas carencias materiales tenemos las personas, que aprovechamos hasta la noche de un día viernes - que podríamos usarla perfectamente en otras ocupaciones - para ir a comprar?


Con esto, recuerdo la ponencia inicial del Congreso Mundial de Terapia Ocupacional que ocurrió en mayo de este año en Chile. El relador - Manfred McNeef - comentó lo siguiente:


¿Saben cuántos tipos de shampoos existen en el mundo? Cerca de 350 tipos distintos. ¿Sería tan terrible si sólo viviéramos con 50?


Ok, es verdad que me encanta saber que no existe un único estilo de jeans y que puedo escoger el color, corte y diseño que me guste y también que es tal la oferta en el mercado que prácticamente puedo vestirme de forma que nadie me copie, pero ¿cómo es que llegamos a comprar tantas cosas que no necesitamos?


Hace poco se mudó una muy buena amiga conmigo. En orden de hacerle espacio, me dispuse a guardar cuanto cachibache y ropa tenía en la pieza, dejando unicamente lo indispensable a mano. Pues bien.. libré un espacio más o menos decente para que pudiera arreglar sus cosas, pero me quedé mirando las cajas y pensando si en verdad debería guardarlas o regalarlas. En el verano conocí a un artesano que tenía el tatuaje con mayor sentido que he visto en mi vida. Era una imagen de él mismo con una mochila de camping a su espalda que tenía una casa en la parte superior. A penas lo vi, me dice sonriendo "Mi mochila es mi casa".


¿Por qué las personas nos afanamos con la idea de adquirir cosas "por si acaso"? Honestamente, ¿cuántas veces hemos vivido momentos en los cuales hemos tenido que recurrir a lo que teníamos guardado para "futuros imprevistos"? Un estudio hecho en el Reino Unido (no recuerdo muy bien quien lo hizo, pero apenas encuentre la fuente, la subo) indicó que las personas utilizan habitualmente sólo el 30% de la ropa que compran, especialmente si son mujeres. Es decir, por cada 10 cosas que me compre, voy a guardar 7 y probablemente usarlas nunca. Wow.


Ok, está bien que existan oportunidades de comprar con descuentos especiales y toda la vaina, pero la propuesta es a fijarnos en lo que tenemos más que en lo que nos falta. Quien esté leyendo esto y haya dicho "es que no tengo nada que ponerme" se está engañando a sí mismo garrafalmente... simplemente no tienes nada NUEVO que ponerte, pero eso no desmerece a todo lo otro que tienes en el armario. Así que los invito a revisar bien sus closets (y vidas) antes de seguir comprando cosas, separar lo que usan de lo que no y donarlo a los damnificados del terremoto.. que son quienes en serio no tienen nada que ponerse este invierno.


Y recuerden.. lo material no nos define. Si bien es lo que "se ve", es nuestra personalidad y cómo se enfrenta la vida lo que debería movernos y cautivar al resto ;) El mismo McNeef fomentó el siguiente ejercicio:


En la noche, antes de dormirte, haz mentalmente una lista de todas las cosas que tienes. Luego haz una de todas las que realmente necesitas. Si la segunda lista es más larga que la primera, me corto un brazo.


En fin, luego de recorrer 400mts en 30 min (mi nuevo record en lentitud) me dirigí a otro mall en donde pude nuevamente ver el mundo con mis dos ojitos. Y McNeef aún tiene ambos brazos.


Saludos, (y comenten! vamos, no tengan miedo ;) )
Karlita

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2 comentarios:

Sebastián Latorre dijo...

Notable Karlangas!!!!! me reí mucho!!!!

Weno, yo por eso me compro ropa cuando la que tengo ya está rota, o desintegrada :P

Muy buen reportaje!!! te seguiré leyendo si o si!!!!

Te invito a mi blog :)

Simone dijo...

Karla!
Me gustó mucho lo que escribiste porque es verdad! Creemos que necesitamos tantas cosas materiales. Como bien sabes siempre he sido muuuy cachurera y he tenido mil cosas en mi pieza y todo eso. Pero cuando me mudé a Norway y no pude llevar mucho al principio estaba algo aterrada de no tener los kilos para todas mis cosas. Finalmente apesar de una maleta repleta, tenía menos cosas que realmente necesitaba de lo que pensaba. Me doy cuenta ahora que incluso podría haber traido menos cosas. Aunque no menos ropa... porque con el frío que hace en invierno... me hacían falta mas poleras, más calcetines... lo que sea para poder salir sin congelarme.
Pero finalmente es que creemos que necesitamos a todas estas cosas materiales para ser felices, para sentirnos en casa, para tener nuestro espacio.
Pero por experiencia sólo necesitamos a nuestros seres queridos. Nada más.

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